¿Has intentado abrir la puerta y la llave no gira o la cerradura se queda atascada? Este problema es más común de lo que parece y puede deberse a múltiples causas: desde la falta de lubricación hasta un bombín dañado. Ignorarlo o forzar la cerradura puede provocar la rotura completa del mecanismo y, en el peor de los casos, dejarte sin acceso a tu vivienda.
Para evitar este tipo de situaciones y actuar de forma correcta, es fundamental conocer las razones por las que una cerradura se atasca y las soluciones más seguras para repararla. En esta guía te explicamos qué hacer y cuándo conviene contar con un cerrajero profesional en Granada para resolver el problema sin daños adicionales.
Cuando una cerradura no gira correctamente, las causas suelen ser simples, pero si no se corrigen a tiempo, pueden derivar en problemas mayores. Entre los motivos más frecuentes se encuentran:
El polvo y la suciedad se introducen con el uso diario, impidiendo el movimiento fluido de los pines internos. Un mantenimiento básico evita que esto ocurra.
Las cerraduras necesitan un lubricante adecuado (como grafito o sprays específicos) para funcionar correctamente. Usar aceites inadecuados puede atraer más suciedad y agravar el problema.
Con el tiempo, las llaves pierden precisión, dificultando la alineación de los cilindros. Si notas que cuesta girar, considera sustituir la llave original por una copia fiel.
Un bombín desgastado o mal ajustado puede impedir que la llave gire. En algunos casos, la propia puerta pierde nivel y ejerce presión sobre el cierre.
Los ambientes húmedos o fríos generan óxido en los componentes metálicos, causando bloqueos internos.
Si la cerradura se ha atascado y no sabes qué hacer, sigue estos pasos para evitar daños mayores:
Comprueba que la llave no esté doblada, desgastada o sucia. Si detectas alguna deformación, intenta con una copia en buen estado antes de forzar el mecanismo.
Utiliza lubricantes específicos para cerraduras, como grafito en polvo o sprays profesionales. Evita productos como aceites domésticos, ya que pueden generar más suciedad interna.
Forzar la llave puede partirla dentro del bombín, complicando el problema. Si notas resistencia, detente y pasa al siguiente paso.
A veces, el problema no está en la cerradura, sino en la puerta. Verifica que el marco no esté ejerciendo presión sobre el resbalón y realiza pequeños ajustes si es necesario.
Si después de estos pasos la cerradura sigue sin funcionar, lo más seguro es acudir a un profesional.
Cuando la cerradura no gira correctamente, es común cometer errores que empeoran la situación. Evita estos fallos si no quieres causar daños irreparables:
El aceite doméstico puede generar una capa pegajosa que atrapa polvo y partículas, agravando el problema. Opta siempre por lubricantes específicos para cerraduras.
Introducir alicates o ejercer demasiada presión sobre la llave puede partirla dentro del bombín, lo que implicaría un trabajo más costoso y complejo para extraerla.
Si la cerradura lleva tiempo fallando, no retrases la revisión. A veces, el atasco es la antesala de una avería mayor que requiere cambio completo del bombín.
Si has llegado a este punto, lo mejor es buscar asistencia profesional.
Si después de aplicar los pasos anteriores la cerradura sigue sin girar o presenta un atasco persistente, es momento de contactar a un especialista. Estas son algunas señales claras:
En estas situaciones, actuar por cuenta propia puede empeorar el problema y aumentar el coste de la reparación. Lo más seguro es recurrir a un experto en aperturas de urgencia.
Evitar que la cerradura se atasque es posible si aplicas algunas medidas de mantenimiento y prevención:
Retira el polvo acumulado en la entrada del bombín y utiliza lubricantes específicos al menos una vez al año para asegurar un funcionamiento suave.
Evita llaves dobladas o desgastadas, ya que pueden dañar el mecanismo interno. Si notas dificultad al girar, haz una copia nueva a partir de la original.
Si la cerradura tiene muchos años, considera reemplazarla por un modelo más moderno y seguro. Las cerraduras antiguas son más propensas a fallos y técnicas de apertura.
La mayoría de las veces, por acumulación de suciedad, falta de lubricación o desgaste interno del bombín. Un mantenimiento periódico puede evitar estos problemas.
No es recomendable. Los aceites domésticos atrapan polvo y partículas, creando una pasta que agrava el atasco. Usa siempre lubricantes especiales como grafito o sprays para cerraduras.
Depende del origen del problema: desde una limpieza y lubricación (bajo coste) hasta el cambio completo del bombín.
Si los métodos básicos no funcionan, lo más seguro es llamar a un profesional. Forzar el mecanismo puede causar daños irreversibles. —
Cuando una cerradura se atasca o la llave no gira, la rapidez y la forma en que actúes marcan la diferencia. Aplica los pasos que te hemos indicado, evita errores comunes y no dudes en llamar a un experto si el problema persiste.
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